?php include_once("analyticstracking.php") ?> expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

lunes, 4 de julio de 2016

Cuando sientes que no puedes más

Hoy es un día de esos. Un día de tantos en el que te levantas y se junta todo. Todo son problemas y desilusiones. Y todo demanda tu atención. Todo es urgente e importante. Y sientes cómo te agobias y tu cuerpo, por los nervios, se contrae. Te gustaría escapar, tomar una vía de escape por la que poder esfumarte y poder olvidar. Pero sabes que no puedes. Que no existe esa salida. Y respiras esa angustia permanente...

Hace mucho que no escribo. Que no os digo nada. Y es, simplemente, porque creo que no tengo nada que decir. Sigo peleando y luchando porque, algún día, alguna editorial quiera publicar mis libros. Y, a esta lucha y deseo constante, se suman los problemas diarios y cotidianos. Y, todo junto, se transforma en una bomba. Y, como no ha sucedido nada especial, no os lo cuento. 
Algunas editoriales se mantienen en silencio tras el envío de mis propuestas, otras contestaron haciendo unas ofertas que hacían daño a los ojos, y otras te lo rechazan destrozando el trabajo de un año en dos líneas. Pero ninguna se atreve a darte esa oportunidad. Ni a ayudarte dándote consejos. Claro, como no soy nadie conocido que vaya a engordar sus ventas..., mejor ni leerse esos libros que, es posible, pudieran resultar interesantes. 

Hay que ser muy fuerte para que no te duela cuando te dicen que tu obra no vale para nada. Y también hay que serlo para que, a pesar de eso, te levantes y sigas adelante. Parece que, por no ser famoso, estás condenado a que te nieguen constantemente. A que sólo sepan sacarte fallos. A que nadie te quiera ayudar y evalúe de verdad lo que escribes. Yo creo en mí y en mi trabajo. No seré tan buena como el mejor, pero creo que tampoco tan mala. Hoy en día sigo recibiendo pequeños ingresos por mis dos obras auto publicadas en Amazon. Y fui bestseller con el segundo libro. Sólo corregido por mí y con la portada seleccionada por mí. No hubo intermediarios de ningún tipo. Y seguro que el libro necesitaría retoques de algún tipo. Entonces, tan mala no puedo ser. El público me lo demostró. Pero también flaqueo. Siento que peleo dentro de un agujero oscuro en busca de la luz. Y, por más que lo intento, no la encuentro. Te derrumbas, lloras, te desanimas, y piensas que, quizás, todos pueden llevar razón. Que igual es mejor dejarlo... No sé. Hoy no pienso con ningún tipo de claridad. He puesto tantas ilusiones y esperanzas en personas que esperaban me pudieran dar esa oportunidad que tanto pido... Sólo tengo ganas de gritar y dar patadas a las cosas. Sé que nadie dijo que fuera a ser fácil, ni que lo pudiera lograr a la primera de cambio, pero me parece todo tan injusto... De verdad que dan ganas de llamar a las editoriales que te piden que inviertas tu dinero y decirles: "¿en serio crees que puedo pagar esa cantidad abrumadora? Si recurro a una editorial es para que me financie ella todo, y porque no tengo medios económicos para hacerlo yo. Para pagarte a ti, me auto publico yo, como he hecho hasta ahora. Por no decir que, si tengo que pagar por el trabajo que he realizado, ¿dónde se está diciendo que lo que he escrito es bueno y merece la pena?"

En fin, sólo buscaba un medio por el que poder desahogarme un poco...

Gracias al que me lea.

No hay comentarios :

Publicar un comentario